Ha llegado el momento de tomar una decisión muy importante, elegir el colchón para la cuna o para la cama de vuestro hijo. No debemos pensar que como pesa poco cualquier colchón barato puede ser la solución. Es imprescindible que los niños descansen durante sus horas de sueño. Con la gran oferta que tenemos en el mercado la decisión resulta difícil ya que no sabes cual puede ser el mejor colchón para el bebé o los niños.
Multitud de materiales, durezas, niveles de adaptabilidad, diseños…es cierto, elegir el mejor colchón para vuestros hijos no es fácil, pero se puede conseguir el acierto seguro. Debes tener presente en todo momento, que el colchón debe garantizar una correcta posición y por tanto asegurar el bienestar de los niños.
Una de las cosas más comunes es aceptar colchones de segunda mano, sobre todo cuando hablamos de colchones de cuna. Pensamos que al haber sido utilizados un par de años como mucho, no afectará a la calidad del sueño de nuestros hijos. Lo normal es que el colchón coja la forma del durmiente y además acumula gran cantidad de restos como saliva, orina, vómitos típicos de los bebés. Todos estos residuos no siempre se limpian de manera correcta y son un peligro para nuestro bebé.
Los niños cambian mucho de peso a lo largo de su vida y es algo que debes tener muy presente. Cuando tienen 2 años y los pasas a la cama tiene un peso, pero debes pensar que el colchón le durará 8-10 años y cuanto tenga 12 será 4 veces más grande. A medida que el niño crezca, necesitas un nuevo colchón que se adapte a cada etapa de su crecimiento.
Esta es la etapa de la vida en la que más horas se duerme. Los pediatras recomiendan colchones firmes y que estén fabricados con materiales lo más higiénicos posible. Es sumamente importante que sean transpirables, esto evitará la acumulación del CO2 expirado (uno de los factores que causa la muerte súbita del lactante) Su adaptabilidad debe ser media para reducir riesgos y aportar la comodidad que tu bebé necesita. Revisa bien el tamaño de la cuna para que al comprar el colchón no existan huecos donde el bebé pueda quedar atrapado. Recomendamos revisar a fondo todos los certificados que avalen la calidad del colchón de cuna. Existen multitud de ellos, Oeko Tex, Certipur, Hyg Cen,… Todos ellos te aportarán la tranquilidad de saber que el colchón está garantizado.
Los colchones para los bebés pueden ser de muelles, látex o viscoelástica, que hacen que los bebés no tengan puntos de presión en ninguna parte del cuerpo. Lo más importante es que no sean muy blandos (podría provocar problemas en su columna vertebral además de no permitir la salida del aire expulsado si duerme boca abajo) y que los materiales sean hipoalergénicos para así no provocarles alergias.
Por último, recuerda compra una funda para el colchón, existen modelos en el mercado que transpiran perfectamente y al mismo tiempo son impermeables. Estos serían los protectores de colchón perfectos para cuna.
Una vez pasas al niño a la cama, comienza un nuevo periodo para tu hijo. Entre los 2 y 9 años los niños deben dormir entre 9 y 12 horas para recuperar toda la energía perdida durante sus maratonianos días. Por lo general, deberá ser un colchón de firmeza alta con una adaptabilidad media. Esto dependerá también de la constitución de tu hijo. Esta firmeza es muy importante, al igual que lo es la comodidad: ambos factores harán que el niño pueda dormir cómodamente, lo que repercutirá de manera positiva en su crecimiento y desarrollo. Es una edad en la que aún se producen algunos escapes de pis durante la noche por lo que es imprescindible el uso de protectores transpirables e impermeables.
Ya se han reducido las horas de sueño pero no por ello el descanso deja de ser importante. Lo mejor en esta etapa de su vida es que los colchones que uses para tus hijos sean firmes, de tal forma que mantengan su espalda recta y que garantice que duermen cómodamente. Los expertos recomiendan optar por colchones de muelles que en su acolchado incorporen viscoelástica, o directamente por colchones viscoelásticos. Ahora bien, no utilices colchones con más de 5 cm de viscoelástica ya que pueden ser excesivamente adaptables y no alinear correctamente su espalda.
La viscoelástica hace que los colchones sean muy adaptables y ofrecen un descanso muy reparador tanto para grandes como para pequeños gracias a que no ejercen presión sobre el cuerpo. En este sentido, debes evitar los colchones que sean muy mullidos y de firmeza baja para los niños (como los de látex), pues tienen demasiada envolvencia y, según los expertos, entorpecen el crecimiento del niño.
Hemos hablado mucho sobre la firmeza del colchón, su importancia y que para niños no es aconsejable comprar colchones demasiado mullidos pero, ¿por qué? La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) tiene la respuesta: "un buen colchón debe respetar la curvatura natural de la columna vertebral, boca arriba y alineada mientras duermes de lado", indican estos expertos.
Un buen colchón debe repartir el peso del cuerpo de una manera adecuada. De este modo, un colchón muy rígido no permitirá que la espalda se adapte a la superficie del colchón, mientras que en los blandos la curvatura de la columna se verá afectada ya que el cuerpo tiende a hundirse. La consecuencia de esto es que la sensación de calor aumenta y que ni la espalda ni la columna están bien sujetas al dormir (boca arriba o de lado).
-No olvides que los niños están en una importante etapa de crecimiento: al igual que a los mayores nos recomiendan cambiar los colchones tras 10 años de uso, en los niños pequeños este laxo de tiempo debe de ser de unos cinco años.
-Ventila el dormitorio, esto también ayuda a mejorar la 'salud' del colchón.
-Haz la cama: tras levantarse por la mañana, no hagas la cama enseguida: espera un poco para dar tiempo a que se evapore la humedad generada por la noche.
-Da la vuelta al colchón: de forma periódica, da la vuelta al colchón para evitar deformaciones. Ponlo boca arriba y boca abajo y cambia también los pies y la cabeza de lugar, así se irá desgastando en el mismo orden.